miércoles, 21 de octubre de 2009

Ganar la venta

Es bueno seguir estas recomendaciones para cualquier ti­po de ventas,y en especial para nuestro proyecto de insta­lar un emprendimiento artesanal, ya que involucra rela­ciones personales y de contacto con clientes que volverán periódicamente. De manera que recomendamos:
Ser persistente pero agradable. A nadie le gustan los vendedores "pesados" que no permiten que aflore el de­seo de compra en el cliente de manera natural y termi­nan obligándolo casi a hacer una adquisición en contra de su gusto genuino o de sus intenciones.
No ser agresivo ni malhumorado. Nuestro cliente no es nuestro cautivo y él lo sabe mejor que nadie: si se siente demasiado presionado acudirá a nuestra competencia y siempre es más caro recuperar clientes perdidos que mantener nuestra cartera.
Los vendedores agresivos se concentran en hacer la ven­ta; los profesionales persistentes se concentran en cons­truir un negocio.Y un negocio es un evento donde ambas partes sienten que han salido beneficiadas (si sólo uno se siente beneficiado, es inevitable que el otro se sienta defraudado. Y eso no es bueno, a la larga, para nadie).
El cliente nota la diferencia; nunca hay motivo para ejer­cer presión cuando se han establecido la necesidad y el valor.
Esta actitud relajada y receptiva de las necesidades del otro produce un poderoso proceso de cierre con el clien­te. Si se enfoca en lo que es importante para él, el cierre de ventas se hará sin esfuerzo.
Uno debe sentir pasión por su tarea. El convencimiento propio, por ser sincero, convence a los demás. Y claro que seremos honestos, si estamos vendiendo algo que para nosotros es parte de nuestra creatividad y esencia.
El emprendedor debe respetarse a sí mismo y a su em­presa, pero también al cliente. La venta es un proceso de intercambio donde las dos partes intervinientes deben salir ganando. Esto no debe perderse de vista.
No se puede esperar que la gente reaccione con respeto si lo que se hace no está hecho desde la más profunda honestidad.
El proceso de oferta de nuestro producto, que es por un lado más difícil porque implica, de alguna manera, el n ofrecer algo "nuestro" debe convertirse en un proceso natural y honesto.
Un buen músico crea la música desde el interior de su al­ma luego sale por el cuerpo y los instrumentos. La gente nota esto y se involucra. Vender nuestra producción debe ser un proceso semejante. Si se hace desde la honestidad más profunda y el planteo más transparente, la relación que tendremos con nuestro público será mejor y más du­radera. Serán nuestros clientes por más tiempo, consegui­remos su fidelízación y nos recomendarán en su entorno.
Como nuestro emprendimiento tiene mucho que ver con el arte y con la personalización de cada producto (como está hecho con nuestras manos, cada pieza es única e irre­petible) tiene también que ver con la emocionalidad y el afecto, debemos poner el componente afectivo en juego en gran medida. Como si fuera una receta más de nuestro plan de ventas.
Que lo encaremos con el alma y con pasión, hará de nues­tro emprendimiento algo más potente y efectivo.

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