miércoles, 21 de octubre de 2009

¿que hay en el mercado que nos afecte?

La multiplicidad de las ofertas hace que el mercado brinde hoy opciones que se ajustan a todos los bolsillos o posibili­dades económicas tanto de los compradores como de los emprendedores o productores.
Es por eso, que en los estudios de mercado, la gran masa de público es estudiada por especialistas, a través de lo que se llama "segmentación o sectorización", es decir, se estudia por "sectores" (o lo que también se suelen llamar "nichos"). Esto significa que hay sectores que se diferencian o se agru­pan por criterios de similitud entre sí y de diferenciación del resto del mercado. Estos criterios pueden ser relativos a:
edad
sexo
nivel económico
hábitos de compra
tipo de cultura
zona geográfica
Conocer, aunque sea en la pequeña medida de nuestro emprendimiento, cómo está dividido y cuál es la caracte­rística del sector al que vamos a apuntar, es fundamental para elegirlo y saber cómo "atacarlo". Es decir, con qué es­trategias llegar a él, con qué mensaje de ventas y por me­dio que qué canales. Conocer a quienes les podemos ven­der nuestros productos es fundamental para poder articu­lar una propuesta de ventas que pueda ser captada y asi­milada, y, por esto mismo, efectiva.
Toda empresa u organización que quiera vender un pro­ducto, cualquiera que sea,y de la magnitud que tenga (ya sea pequeños objetos decorativos de porcelana o maqui­naria industrial), debe tener en cuenta en principio, algu­nas recomendaciones centrales:
• Persistir en la estrategia que nos habremos planteado al comienzo, sin decaer ni frustrarnos ante las dificultades que inevitablemente, aparecerán.
• Perseverar en lo que creemos correcto y nos hemos pro­puesto como meta al iniciar nuestro emprendimiento, sin que esto último obste para la revisión de aquello que em­pezamos a notar que no funciona.
Adoptar mentalmente una actitud de renovación perma­nente, siempre buscando en cada innovación un avance y una mejora en la calidad de nuestro servicio.
Mantenerse permanentemente informado, conociendo las novedades del mercado, para conseguir mantener una actitud de apertura continua ante los cambios de gustos, usos y costumbres que puedan darse, así como las inno­vaciones tecnológicas que aparezcan.
Conocer las propias potencialidades y limitaciones, para extraer de nosotros mismos lo que es mejor y poder ofre­cerlo.
Usar la experiencia para aprender de los errores, propios y ajenos.
Mantener siempre los ojos y los oídos atentos a lo que los clientes necesitan,y tratar de brindar soluciones, masque intentar imponer el producto que nosotros creemos "co­rrecto y necesario" para ellos.

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